Lo justo

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El techo era de madera. Cuando hacía verano, ese calor que se lograba colar se hacía insoportable, hacía que cada pedazo de piel quemase y el ventilador que había en el otro extremo de la pieza no era suficiente, la densidad de ese calor se hacía fuerte e imposible de evitar. En cambio cuando llovía, ese techo de madera era la mayor bendición porque las gotas de la lluvia sonaban  lenta, dulce y cadenciosamente acompañando ese sueño ligero o a veces profundo de ella, la arrullaba, hacía que sus párpados se fuesen cerrando con cuidado y ella cayera rendida sobre su almohada que no era de plumas pero que era muy suave.

Esa noche en particular era una noche fría, oscura y de luna. Llovía desde temprano en la tarde y había oscurecido temprano, pero ella no podía dormir, la lluvia no la arrullaba y su cama parecía que incómodamente la rechazaba. Esta vez era insomnio. Era insomnio pero no tenía que preguntarse el por qué de lo difícil que resultaba dormir, sin tener que pensarlo sabía la razón. Era él quien se había metido en su cuerpo sin tan siquiera tocarla, cada recuerdo y pensamiento de aquello que podrían ser le tallaba cada músculo, cada partecita y cada pequeña fibra.

No lo conocía hacía mucho tiempo, pero tampoco hacía poco. Hacía el justo tiempo  lo conocía, lo justo para desvelarse por él, lo justo para sentir algo y para saber que había algo. Lo justo para no poderlo sacar de su mente en esa noche, lo justo para extrañar el último día que se vieron y hablaron.  Quería ir a buscarlo, llamarlo, hablarle, ir a tocar su puerta, hacer cualquier cosa para tenerlo cerca, había miedo obviamente pero quería demostrarse a sí misma que era capaz. Siempre buscamos lo seguro, optamos por lo predecible y evitamos a toda costa aventurarnos a lo nuevo, a lo desconocido, a experimentar nuevas experiencias, nuevas cosas, nuevos sentimientos, caricias diferentes, sabores, saberes, no nos aventuramos a probar mieles diferentes.

Por impulso se levantó. Había decidido hacer lo justo. Cerró la puerta para no despertar a nadie y prendió la luz. ¿Quién iba a estar despierto en esa noche lluviosa? Nadie, solo ella y su soledad, ella y su conciencia, ella y el recuerdo de él, ella y esas ansias locas de verlo sonreír, de ver esa mirada soñadora mirándola, de ver esos dedos y soñarlos sobre ella. Prendió el computador  “Documento 1”. Ni se tomó la molestia de poner la convencional letra arial 12. El corazón le latía demasiado rápido y fuerte como preocuparse por esas nimiedades. Se le esbozaba una sonrisa y le temblaban las manos, pero iba a escribir a como diese lugar.

Dale. Seguí apareciéndote en cada rincón de mi existencia, sin permiso y sin preguntar, demostrándome que tenés todo tan bien puesto y en un orden tan perfecto y minuciosamente hecho que poco te importa el mundo. Seguí sonriendo, sonriendo así, con esa belleza que se te escurre por cada poro, sonriéndole a otros, sonriéndole a otras pero no a mí, de tu sonrisa sólo me queda el leve recuerdo de esa noche ¿Acaso olvidaste la mía? ¿Acaso recuerdas la expresión de mis ojos, miedosos y  creo que hasta enamorados? Seguí. Ahí afuera, viviendo como si yo no existiera, al fin y al cabo no es que haya llegado hace mucho a marcar tu vida, pero vos llegaste a poner todo en su lugar, a devolverme el orden, a darle orden a este caos. Seguí, seguí así, sin aparecer ni en las curvas, sin pensar que me estoy desvelando por vos, sin pensar que tu recuerdo me talla en el cuerpo, sin darte cuenta que con solo pensar en lo que podemos llegar a ser me tiembla el alma, porque se hace de día o de noche y te pienso todavía. Porque llegaste hace  algún tiempo a mi vida, y sé que no lo has notado pero siento algo por ti, siento lo justo, lo justo revuelto con miedo, lo justo para crear brillos en mi mirada. Te conozco hace poco pero sé que es lo justo para querer conocerte más.

Leyó dos veces lo que acababa de escribir. Le temblaba el cuerpo y se le erizó la piel.

Presionó la tecla enter y de un golpe cerró el computador. Había mandado el corazón que se acababa de arrancar todavía vivo y latiendo en ese mensaje.

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